Las plataformas coloborativas son el soporte que utilizan cada vez más instituciones y empresas para gestionar trabajos y proyectos. Cómo son estos entornos y qué resultados obtuvieron quienes ya los aprovechan.
En el siglo pasado, los científicos debían imprimir sus trabajos en periódicos, libros, o incluso enviarlos por correo a sus colegas; pero en el digital siglo XXI los papers se comparten por Internet. Hoy, si Einstein viviera y quisiera dar a conocer una teoría o buscar colaboradores para llevar a cabo una idea en el país, encontraría varias plataformas que permiten trabajar en el desarrollo de ciencia e innovación. Un impulso adicional lo genera el hecho de que la Argentina es uno de los países más involucrados en las redes sociales y con una de las mayores penetraciones en materia de dispositivos móviles (ver Cibertendencias nacionales).
Así uno de los espacios más mencionados es el Mapa de Innovación en TIC en Argentina (Mitic), una plataforma y aplicación web, que permite buscar investigadores, empresas, universidades, proyectos y organismos, que se encuentren trabajando en temáticas relacionadas con las tecnologías de la información.
Las ideas, hoy, no nacen en un solo lugar: no ocurre que un investigador tiene una idea brillante y una empresa la toma, la aplica y hace dinero. El camino es de ida y vuelta: el investigador tiene una idea, que tal vez no tiene una aplicación directa. Por su parte, la empresa tiene una idea para una aplicación, que se beneficiaría de ideas de vanguardia. Hacen falta tanto el avance del investigador, en conversión de la idea a un producto y para un mercado, como la mejor manera de comercializarlo», detalla Gustavo Guaragna presidente y CEO de Snoop Consulting, la firma especializada en soluciones IT, que participó del desarrollo del Mitic. El proyecto fue pensado y dirigido desde la Fundación Sadosky y contó con la participación del grupo de investigación Galli, de la Universidad Nacional de Buenos Aires, y el grupo de Economía de la Innovación de la Universidad Nacional de General Sarmiento. El proyecto se realizó con capitales argentinos y la inversión total del proyecto al final de la Fase 2, será superior a $ 1 millón, durante 16 meses, destaca Guaragna. Para el desarrollo de la aplicación, nos apoyamos en varias tecnologías. Una de las más importantes es el motor de Base de Datos NoSQL llamada MongoDB, que permite almacenar información en una estructura dinámica, detalla el ejecutivo.
La aplicación es alimentada por diferentes fuentes de información, como planillas en Excel, documentos XML y sitios web. Un punto clave fue la creación de importadores de datos capaces de interpretar todos estos documentos y unificar la información, analizar, interpretar y poder ver qué persona, organización o universidad aportó la información. Todo fue desarrollado en JAVA. Para obtener los papers de los investigadores, que han publicado en la Argentina, utilizamos varias bases de datos XXX, con el Digital Bibliography & Library Project (DBLP) y también, obtenemos información de LinkedIn, resume Guaragna.
De la ciencia al mercado
Otro de los proyectos que marcan tendencia es BioFlux. Se trata de una plataforma bioinformática para brindar servicios de análisis fármacogenómico, que fue creada por el grupo de bioinformática estructural de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN), de la UBA y Flux IT, compañía especialista en arquitectura de software. El desarrollo busca ser una herramienta online, en la cual el profesional de la salud pueda cargar información genómica y clínica de su paciente para, luego, análizar y tomar decisiones dirigidas a un tratamiento personalizado, explica Adrián Turjanski, director del grupo de la FCEyN.
En sus casi dos años de vida, BioFlux avanzó en la relación secuencia-estructura-función proteica y la interacción con compuestos de tipo droga, llevando a cabo pruebas sobre el genoma de referencia de mycobacterium tuberculosis. Estamos trabajando en la extensión de la herramienta a genomas humanos y en incluir datos de farmacogenómica para ampliar la aplicabilidad de la plataforma a la medicina personalizada y preventiva, adelanta Ulises Chesini, CEO Flux IT.
Plataformas para eventos
Una tendencia creciente es el uso de plataformas colaborativas para fines más masivos, como lo prueban las aplicaciones creadas específicamente para conectar y permitirles interactuar a los asistentes de ferias o congresos. Juan Francisco Di Nucci, CEO de la agencia de Must Mobile, que realizó varias aplicaciones de este tipo, destaca que se trata de apps que cuentan con toda la información necesaria: horarios, listas de expositores, mapas, geolocalización y todo tipo de características interactivas y sociales del evento.
Un caso de éxito se dio en el último eCommerce Day Buenos Aires. La jornada convocó a más de 1.500 asistentes y profesionales del comercio electrónico. La app colaborativa, desarrollada para la ocasión, aumentó de manera exponencial el networking, la interactividad y nos abrió un universo de posibilidades que podremos seguir explotando, ya que nos permitió tener un canal uno a uno, en tiempo real, con los asistentes, comenta Marcos Pueyrredón, presidente del Instituto Latinoamericano de Comercio Electrónico.
En datos duros: la app obtuvo 328 descargas y, en la jornada, se generaron más de 2.000 cruces de e-mails internos dentro de su plataforma. El porcentaje de descargas por evento fue del 22% y creemos que irá creciendo año a año, amplía Patricia Jebsen, Presidente de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE).
Uno de los pilares de estos sistemas es resguardar la información de quienes descargan la aplicación. Desde MustMobile explican, con respecto a la privacidad, que los datos de contacto de cada asistente se reservan en privado y sólo en caso de que las personas contactadas así lo manifiesten, pueden continuar la comunicación por medio del envío personal de sus datos. La inversión en desarrollo en estas apps rondan los $ 20.000, asegura Di Nucci. El tiempo de creación es de cerca de 60 días.
Otro caso de plataforma colaborativa digital es la videolibrería, como lo probó la experiencia de la Mipcom 2013, la jornada anual de contenidos de entretenimiento y en la que la Argentina estuvo presente como país de honor. Participaron 29 productos nacionales, llevados por el Incaa. A través de la videolibrería del evento, los participantes locales lograron una interacción directa con asistentes interesados. Por ejemplo, Rosanna Manfredi, directora de la productora Encuadre, luego de la presentación se encontró con gran repercusión e interés sobre la animación nacional, dice el coordinador de la Gerencia de Fomento a la Televisión, Fernando Díaz.
Conectando mercados
La plataforma fue creada por la propia Mipcom. En el país, la persona que se encargó de seleccionar las piezas para presentar en la videolibrería estuvo no menos de dos meses y medio con un grupo de trabajo compuesto por gente de las firmas que intervendrían y personas para realizar el trabajo. Si lo ramificás te encontrás con un equipo de no menos de 50 personas para un streaming, que son entre 15 y 30 segundos de imágenes para que impacten y queden en la vista de los posibles compradores, dice Díaz.
Los esfuerzos orientados al desarrollo mancomunado de ciencia e innovación tecnológica a través de Internet, tienen asidero desde su creación misma. En el país, a nivel regional y en todo el mundo, los sectores científicos y empresariales trabajan en redes colaborativas para compartir conocimiento y encontrar partners para sus desarrollos. Como indicó el CEO de Snoop Consulting, las ideas, hoy, no nacen en un solo lugar. De la mano de estas plataformas, la red de redes se convirtió así en el canal para canalizar proyectos hacia acciones y productos reales
FUENTE: http://www.cronista.com/itbusiness/Herramientas-para-innovar-20140311-0027.html