En estos días fue noticia a raíz de un avance de la nueva serie sobre el ex futbolista, que David Beckham padecía un TOC cuando todavía jugaba de manera profesional, el cual se agudiza con el paso del tiempo. Desde el Centro de Estudios Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA) quieren ampliar este concepto del Trastorno Obsesivo Compulsivo para alertar a quienes lo sufren y ayudar a su tratamiento.
Según estudios, lo sufren a diario millones de personas en todo el mundo, sin distinción de sexo o clase social. Afecta hasta al 2% de la población mundial, y entre el 20 y 40% de los casos no responden a los tratamientos farmacológicos o conductuales tradicionales.
Desde el Centro de Estudios Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA), con sede en Pilar, aseguran que «la característica esencial del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es la presencia de obsesiones (ideas, pensamientos, impulsos o imágenes, persistentes, consideradas como intrusas e inapropiadas y que provocan una ansiedad o malestar significativo) o compulsiones (comportamientos o actos mentales, recurrentes, cuyo propósito es prevenir o aliviar la ansiedad o malestar, pero no proporcionar placer o gratificación). La persona se siente impulsada a realizar la compulsión de carácter recurrente, lo suficientemente graves como para provocar pérdidas de tiempo significativas (ej., el individuo le dedica más de una hora por día a éstas actividades) o un deterioro acusado de la actividad general, o malestar significativo. La persona reconoce que las obsesiones o compulsiones son exageradas e irracionales».
Suele manifestarse espontáneamente o bien después de que la persona atraviesa un evento específico que lo desencadena. Los pacientes que lo sufren hacen que una cantidad considerable de rituales y pensamientos obsesivos imposibiliten el curso de una vida normal. Según la Lic. Gabriela Martínez Castro, directora del CEETA (Matrícula Nacional 18627), “es el trastorno de peor diagnóstico” y siempre necesita la complementación con psicofármacos para tratarlo.
El equipo de profesionales del CEETA está disponible para consultas o entrevistas sobre el tema enviar whatsapp aquí 11 5312 6795 para concretarlas o enviar un mail a info@quasarcomunicacion.com.ar |
Beckham ya lo habia declarado «Todo debe estar ordenado en línea recta y (las cosas) siempre deben ser pares. Cuando meto los refrescos en la nevera, deben ser números pares, si son impares quito uno y lo meto en un armario distinto. Si voy a un hotel, antes de relajarme tengo que poner todos los panfletos y los libros que haya en la habitación dentro de un cajón. Todo debe estar impecable”, había contado el fubolista a una cadena de televisión británica en 2006.
Atención a los síntomas
Obsesiones: Son ideas recurrentes que se relacionan con temas como: la contaminación, dudas repetitivas (como haber cerrado la llave del gas o puerta, o dudar de haber atropellado a alguien con el coche) necesidad de disponer las cosas en un determinado orden, impulsos de carácter horroroso (ej. Herir a un niño, o gritar obscenidades en una iglesia) y fantasías sexuales (ej. una imagen pornográfica recurrente).
Dichas ideas, el individuo intenta neutralizarlas a través de actos, es decir, las compulsiones.
Compulsiones: Son comportamientos como por ej. el lavado de manos, la puesta en orden de objetos, comprobaciones, (o actos mentales, como rezar, contar, repetir en silencio).
Las obsesiones y compulsiones interfieren acusadamente en las actividades habituales del sujeto, interfiriendo en los ámbitos laboral, académico, y actividades relacionales.
De no recibir tratamiento adecuado, pueden desestructurar enormemente la vida de la persona.
El tratamiento
Para su tratamiento desde el CEETA aconsejan someter al paciente a la Terapia Cognitivo Conductual de Tercera Ola o Tercera Generación.
Se trata de una innovadora terapia cognitivo conductual, que a diferencia de otras terapias, se aboca a modificar comportamientos y pensamientos. Está orientada hacia el presente, se investiga el funcionamiento actual.
El énfasis de la TCC está puesto más en el “Qué tengo que hacer para cambiar” que en el “Por qué”. Muchas veces, el explorar expresamente y conocer cuáles son los motivos de lo que nos ocurre no alcanza a brindar una solución y no es suficiente para producir un cambio.
Se pueden medir los progresos obtenidos desde la primera sesión, se administran cuestionarios y planillas en los que se evalúan los síntomas específicos, en su frecuencia, duración, intensidad y características. Esta medición es repetida periódicamente hasta la sesión final, para tener una idea del cambio obtenido. La relación terapeuta-paciente es de colaboración y activa. Paciente y terapeuta se comprometen a trabajar con un objetivo común. Los pacientes pueden aportar sugerencias y participar en el diseño de las tareas para el hogar.
En muchos casos, se utiliza la biblioterapia, que consiste en que el terapeuta recomiende o facilite libros, folletos o apuntes acerca del problema para que el paciente se informe de lo que le sucede. Tiende a fomentar la independencia del paciente. Está centrada en los síntomas y su resolución. Se definen objetivos concretos a lograr. La meta de la TCC es eliminar, o al menos reducir los síntomas, y postula que si desaparecen, por ejemplo, los síntomas de pánico, inmediatamente también va a haber una mejoría en otras áreas, sin que aparezcan otros síntomas que los reemplacen. Pone énfasis en el cambio. Se le solicita al paciente practicar nuevas conductas y cogniciones en las sesiones, y generalizarlas afuera como parte de la tarea.
Esta terapia desafía la posición del paciente, sus conductas y sus creencias. Se centra en la resolución de problemas. Utiliza planes de tratamiento. Generalmente, la terapia utiliza planes específicos de tratamiento para cada problema, no utilizando un formato “único” para las diversas consultas. Propone una continuidad temática entre las sesiones. Es decir, más que simplemente decir que funciona, esta comprobado que funciona.
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El Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA) tiene su sede central en 46 Plaza, Edificio Agora 3, 1º piso oficina 109 (Ramal Pilar Km 46). Teléfono: 0230-4667175 o al 011-4788-6245 / www.ceeta.org También tiene sedes en Parque Patricios, Barrio Norte, Belgrano, San Isidro, Morón, Lomas de Zamora, Avellaneda, Quilmes, Uruguay, entre otras. En facebook y en Instagram el usuario es @ceeta.ansiedad Consultas por WHATSAPP: +54 9 11 2376-6633 o haciendo click aqui http://bit.ly/whatsappceeta
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Acerca de la Lic. Gabriela Martínez Castro
Gabriela Martínez Castro es Licenciada en Psicología egresada de la Universidad de Belgrano en 1991. Máster en Psicología Clínica en México.
Post-grado en Trastornos de Ansiedad de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad. Psicoterapeuta Cognitiva-Conductual, orientada al trabajo con Trastornos de Ansiedad y Trastornos de la Personalidad.
Formación en Terapia Cognitivo Conductual de Tercera Ola en la Fundación Favaloro.
Ex coordinadora docente de la cátedra de Psicología General en la Universidad de Belgrano. Ex coordinadora del Departamento de Psicodiagnóstico del Hospital Francés, área de Consultorios Externos.
Miembro de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad.
Directora de CEETA (Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad). Matrícula Nacional 18627
Acerca de la Terapia Cognitivo Conductual de Tercera Ola o Tercera Generación
Se trata de una innovadora terapia cognitivo conductual, que a diferencia de otras terapias, se aboca a modificar comportamientos y pensamientos. Está orientada hacia el presente, se investiga el funcionamiento actual. El énfasis de la TCC está puesto más en el “Qué tengo que hacer para cambiar” que en el “Por qué”. Muchas veces, el explorar expresamente y conocer cuáles son los motivos de lo que nos ocurre no alcanza a brindar una solución y no es suficiente para producir un cambio.
Es una psicoterapia basada en la evidencia y con un basamento científico y 100% comprobado. Los resultados se ven en el cortísimo plazo. El paciente tiene un papel activo, con tareas para realizar dentro y fuera de la sesión a través de la aplicación de las herramientas que se le brindan.
La terapia cognitiva conductual de tercera ola o tercera generación cuenta con numerosos aportes validados científicamente en los últimos años. Son las denominadas Terapias de Tercera Generación o Contextuales.
Son modelos de intervención que ponen su foco de atención en el contexto y la función de nuestros eventos privados como ser los pensamientos, emociones, sensaciones en lugar de su contenido, frecuencia o duración. La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), uno de los nuevos modelos de tratamiento que ofrecen las terapias contextuales, es uno de los mas reconocidos con evidencia empírica. El objetivo de la misma es lograr flexibilidad psicológica ante las situaciones difíciles de la vida y ante el sufrimiento, entender que nuestra vida es significativa y valiosa aun cuando sufrimos.
Utiliza diferentes técnicas como Mindfulness y ejercicios experienciales entre otros.
Se pueden medir los progresos obtenidos desde la primera sesión, se administran cuestionarios y planillas en los que se evalúan los síntomas específicos, en su frecuencia, duración, intensidad y características. Esta medición es repetida periódicamente hasta la sesión final, para tener una idea del cambio obtenido. La relación terapeuta-paciente es de colaboración y activa. Paciente y terapeuta se comprometen a trabajar con un objetivo común. Los pacientes pueden aportar sugerencias y participar en el diseño de las tareas para el hogar.
En muchos casos, se utiliza la biblioterapia, que consiste en que el terapeuta recomiende o facilite libros, folletos o apuntes acerca del problema para que el paciente se informe de lo que le sucede. Tiende a fomentar la independencia del paciente. Está centrada en los síntomas y su resolución. Se definen objetivos concretos a lograr. La meta de la TCC es eliminar, o al menos reducir los síntomas, y postula que si desaparecen, por ejemplo, los síntomas de pánico, inmediatamente también va a haber una mejoría en otras áreas, sin que aparezcan otros síntomas que los reemplacen. Pone énfasis en el cambio. Se le solicita al paciente practicar nuevas conductas y cogniciones en las sesiones, y generalizarlas afuera como parte de la tarea. Desafia la posición del paciente, sus conductas y sus creencias. Se centra en la resolución de problemas. Utiliza planes de tratamiento. Generalmente, la terapia utiliza planes específicos de tratamiento para cada problema, no utilizando un formato “único” para las diversas consultas. Propone una continuidad temática entre las sesiones. Es decir, más que simplemente decir que funciona, esta comprobado que funciona.