Los chicos ante la pérdida de un ser querido
POR PAOLA AGUILAR / PARA CLARÍN BUENA VIDA
Contenerlos, brindarles apoyo y seguridad, y decirles siempre la verdad es importante para que ellos puedan procesar la pérdida. También es necesario que participen de las exequias.
28/11/13 – 13:31
Pensar la muerte es como pensar un salto al vacío, a un vacío profundo y desconocido. Los adultos sabemos que la muerte es definitiva, infinita. Y buscamos la manera de soportarla, de negarla, de entenderla y de explicarla. El problema, a veces, surge cuando hay que explicársela o contársela a los chicos. Para ellos, la idea de la muerte es algo totalmente diferente de acuerdo a la edad que tengan, y habrá que contársela de acuerdo a esa edad y al vínculo que tengan con la persona fallecida.
“Lo que decimos acerca de la muerte a los chicos dependerá de nuestras experiencias, nuestras creencias, sentimientos y circunstancias. En general, los niños van adquiriendo consciencia de la muerte mucho antes de que nos demos cuenta. Ellos ven animales o insectos muertos en la calle, ven muerte en la televisión, en los videojuegos, en los cuentos y en las películas. La mayoría de las películas infantiles tratan el tema de la muerte”, indica la licenciada Adriana López, co-fundadora de Momento Cero.
“Es de suma importancia hablar con los niños sobre la muerte, la ‘desaparición’ de alguien querido no se asimila ni entiende fácilmente, por lo que hay que explicarles con información real lo que ha sucedido. Hay que tener en cuenta que existen muchas maneras de hablar sobre la muerte, dependiendo de los padres y de la edad de los niños”, explica la licenciada Rosina Duarte, especialista en crianza e infancia.
“Cada caso es particular y se deben pensar estrategias según las necesidades específicas de cada niño, teniendo en cuenta que no hay una respuesta ni verdad absoluta sobre el tema de la muerte -añade Duarte-. Al tener que atravesar una situación de duelo, lo mejor es tratar de vivirla de la manera más natural posible, pese a lo dolorosa que pueda ser, y brindar a los niños la mayor contención y seguridad posible”, aconseja.
La verdad es necesaria cuando se trata de contar la muerte de un ser querido a los chicos. No vale usar metáforas ni eufemismos. Sí es necesario entender que cada chico va a reaccionar de manera diferentes, y hay que estar preparado para contenerlo, o al menos hacerlo sentir acompañado y sostenido en su dolor. “A los chicos hay que decirles siempre la verdad, con palabras sencillas que ellos puedan entender, somos los adultos los que más dramatizamos porque nuestra comprensión de las consecuencias futuras son mucho más terribles. Ellos si bien pueden comprender lo que es la muerte, aproximadamente a partir de los 4 años, no pueden anticipar lo que será esa perdida”, dice la doctora Graciela Moreschi.
“Si el niño tiene menos de 7 años, lo mejor es explicarlo de forma muy concreta, que el cuerpo dejó de funcionar y ya no estará, no lo veremos más. Es importante contener el llanto y responder a las preguntas que haga. A veces, explicarle a un niño que la persona está en el cielo o en una estrella puede ser atemorizante. Todo dependerá del niño. A algunos les puede parecer algo mágico y otros pueden tener miedo o sensación de extrema soledad», suma la doctora Moreschi. Y agrega: “Es importante recordar que los niños pequeños son literales, eso significa que toman las palabras al pie de la letra. Por eso, es importante elegir aquellas palabras que pueden entender: se enfermó y el cuerpo cansado ya no funciona. Comparar el muerte con el sueño puede ocasionar problemas a la hora de dormir. Que los chicos participen del funeral aunque sea durante un rato es una manera de despedida que les permite concretar la idea de muerte y no que parezca una desaparición”.
Compartir el dolor
Según la licenciada Adriana López, “cuando se produce la muerte de un progenitor o de un ser querido, este hecho produce conmoción en la familia y en los niños. Nuestros propios sentimientos y actitudes sobre la muerte y pérdida de seres queridos se transmiten al niño. Ellos perciben la tristeza, el enojo y la desolación que se expresa a su alrededor y necesitan la ayuda de los adultos para procesar los acontecimientos. No es bueno tratar de ignorar o pretender que no pasa nada delante de los pequeños, porque ellos saben que algo pasa a su alrededor. No intentemos esconder nuestros verdaderos sentimientos. ”
Suena difícil, pero es importante tener en cuenta que los chicos necesitan contención, además de sinceridad, pero también requieren que se les transmitar seguridad, sobre todo si se trata de la muerte de alguno de sus padres. El desamparo que un chico puede sentir frente a la pérdida de uno de sus padres necesita contar con un abrazo contenedor y un mensaje que transmita seguridad. “Es claro que la pérdida de un padre en la niñez o en la adolescencia es un dolor muy grande. Muchos niños serán resilientes y saldrán fortalecidos del dolor, mientras que otros lo usarán como escudo para esconderse. Esto depende de la personalidad de cada pequeño y de la guía que tenga de los familiares que lo contienen”, suma el licenciado Sergio Fajn, Coordinador General de Programas de Lekotek.
Perder a uno de sus padres tiene efectos diferentes de acuerdo a la edad en que esto suceda. “Si el niño es muy pequeño, un bebé, y el que fallece es el padre sentirá la ausencia y la tristeza de la mamá. En cambio, si la que muere es la mamá, para el bebé será muy brusco, pues la conexión es del 100% con ella -describe Fajn-. En la niñez, justo cuando empieza a elaborarse el tema de la muerte, los chicos pueden tener retrocesos cognitivos, volver a viejas etapas (como hacerse pis en la cama o querer tomar mamadera); esto tiene que ver con la creencia que cuanto menos años se tiene más uno se aleja de la muerte. En la adolescencia hay que ayudarlos a que canalicen el enojo que pueda surgir de manera adecuada”, advierte el profesional.
Transitar el duelo
Hablar, escuchar, abrazar, contener son las palabras (y acciones) es clave para acompañar a los chicos en su dolor. “Hablar con ellos en los días posteriores si se los ve tristes o comienzan con algún síntoma (no querer comer, no dormir, pesadillas, etc.) En estos casos, proponerles hablar o sugerirles que tal vez sea por la tristeza o la bronca que sienten ante la falta del ser querido. En el duelo hay un período de bronca incluso hacia el propio fallecido por el abandono, explicitarlo puede aliviarlos. No con largas explicaciones, sino con simples preguntas, como ¿Estás enojado? El dolor enoja. Uno se siente abandonado, pero hay que explicarles que no es así”, concluye la doctora Graciela Moreschi.
“Todo momento debe ser contenedor para los niños, hacerles saber que aunque ese ser querido se murió siempre habrá alguien que lo cuide y lo proteja. Esto es para evitar que los niños piensen que todos se van a morir del mismo modo y pronto, fantasía muy recurrente en edades tempranas”, coincide Rosina Duarte.
Darles contención, permitirles expresar su dolor y hasta su enojo, transmitirles seguridad y apoyo, aconsejan los especialistas. Y siempre decir la verdad, aunque duela infinitamente.
FUENTE: http://www.clarin.com/buena-vida/tendencias/chicos-perdida-querido_0_1037896648.html