Luego de dos jornadas de intenso trabajo con conferencias y talleres en torno al tema «Enseñar a Pensar», llegó a su fin el XCongreso de Educación organizado por el Polo Educativo Pilar en el año de su décimo segundo aniversario.
De esta manera, dio por finalizada su segunda jornada, en el Auditorio del Campus de la Universidad del Salvador, con la conferencia titulada “La educación como encuentro” a cargo de la Profesora y Doctora Paola Delbosco, quien además se desempeña como Titular de la Cátedra de Deontología de la Universidad Austral.
La Doctora en filosofía por la Universitá degli Studi di Roma, declaró que eligió este tema para su conferencia pues “es un tema al cual no le pasa el tiempo”.
Sin encuentro no es posible que haya educación, pues subraya que mas allá de que hoy en día existan ciertos adelantos tecnológicos que facilitan la comunicación y el acceso a la información, quedan algunos rasgos firmes y por debajo de todo eso, los cuales indican que no se puede educar a las personas si el que las educa, el educador, no se pone en contacto personal con cada uno de ellos.
“Y puede ser que mucha gente proteste, porque hay aulas muy nutridas, con un gran número de alumnos y daría la impresión de que ese encuentro que yo propongo es imposible”, dice la Profesora Delbosco. Sin embargo, explica que este es un derecho del chico que crece, existir frente a los ojos de quien lo educa. Puede ser que no sea todos los días o a cada rato, pero en algún momento los docentes deben hacerse cargo de que esa persona en crecimiento esté en alguna instancia frente a ellos mismos cara a cara; que entiendan que están existiendo y que son valorados. Y esta, en definitiva, es la única manera que permite en el fondo abrir su cabeza y su corazón, pues si no se abre el corazón, no se abre la cabeza tampoco.
“Cuando hay un encuentro entre personas lo que hay que privilegiar, lo que prima sobre cualquier otro criterio, es que el otro al mostrarme su rostro me hace responsable de su cuidado, de su vida. Esto parece muy exagerado, pero no puede haber una comunidad humana si no es en ese contexto, la comunidad humana se da cuando uno es para otro un ser humano y lo reconoce como tal. Hacerse responsable significa que pongo mis capacidades al servicio del otro, de su crecimiento, de su protección, de su ayuda, de su alivio; y esto no es una aspiración utópica sino que es lo que sucede muchísimas veces en el verdadero encuentro entre personas”, explicó Delbosco.
Para finalizar, Paola Delbosco resumió los tres ejes de su exposición. En primer lugar, “sin encuentro no hay educación”; en segundo lugar que «hay que enseñar la verdad, lo verdadero”. No la verdad definitiva porque estamos en camino, nuestras conclusiones nunca son definitivas sino puertas que se abren a nuevos caminos; y por ultimo y fundamental, “no se puede enseñar sin querer a la persona quien se enseña, si no hay amor, si no hay algún tipo de vinculación afectiva. Si alguien desprecia a los jóvenes debe alejarse de ellos, si alguien no les encuentra valor a la gente que tiene adelante, fuera de la edad que fuera, no es apto para ningún tipo de transmisión positiva”.
El amor del que enseña es fundamental para aquellos que lo reciben. No es posible ejercer la docencia sin esa característica.
A través de la docencia no sólo transmitimos el mundo viejo a los nuevos, sino que con ellos planteamos las bases también para un mundo nuevo, que se nutre de las nuevas tecnologías de la información y comunicación pero que sigue necesitando estas cuestiones humanas extra temporales, como el ser escuchado, reconocido en lo que hace, comprendido y amado.
Acerca de Paola Delbosco
Doctora en filosofía por la Universitá degli Studi di Roma. Titular de la Cátedra de Ética en la Maestría de Gestión de la Comunicación en Organizaciones en la Universidad Austral; Titular de la Cátedra de Deontología en la carrera de Comunicación en la Universidad Austral. Profesora part time en IAE, Escuela de Dirección y Negocios/Austral; Investigadora del Centro ICBC Conciliación Familia y Empresa, CONFyE, en el IAE; Oradora en numerosos congresos y jornadas en el país y en el exterior; autora de artículos y capítulos de libros sobre temas éticos de autores contemporáneos. Coautora de siete libros referidos a temas éticos, uno de los cuales ”Integridad, un liderazgo diferente”, escrito con Marcelo Paladino y Patgricia Debeljuh, recibió la Mención de Honor de la Academia de Ciencias de la Empresa. Es partner para las Américas del premio internacional “Premio FamigliaLavoro” , The International WorkLife Balance Award, de la Regione Lombardia, en colaboración con ALTIS-Alta Scuola Impresa e Società dell’Università Cattolica de Milán. En marzo 2013 fu designada miembro de número de la Academia Nacional de Educación. Es casada, madre de nueve hijos y abuela de diecinueve nietos.
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